El método Marie Kondo aplicado a la cocina

¿Has calculado la cantidad de horas de tu vida que se han perdido buscando algún utensilio de cocina? Poner orden en tu cocina no solo te garantiza un espacio más funcional y práctico, sino que además te permitirá disfrutarla mucho más.

Ordenar los espacios y los objetos dentro de una cocina es una actividad pendiente en la lista de tareas de muchas personas. Sin embargo, valorando los beneficios que trae consigo, bien merece la pena que nos paremos en mejorar la organización de nuestra cocina. 

Desde hace algunos años, irrumpió en la actualidad una consultora de negocio japonesa que, literalmente, ha puesto nuestro mundo de cabeza. Marie Kondo, es una experta en organización y ha creado una filosofía de vida basada en el orden y la armonía de nuestros objetos cotidianos en el hogar. 


La Magia del Orden

Utensilios de cocina

En el año 2014 salió a la venta el bestseller La magia del orden, para convertirse casi de forma automática en un nuevo clásico en las librerías de más de 4 millones de personas. Su método es de una simplicidad casi mágica. Consiste básicamente en desechar todas aquellas cosas que no son imprescindibles y conservar sólo las que nos hacen felices. 

Es importante tener en cuenta que no se trata de una receta para ordenar. El método de Kondo, conlleva un cambio de visión de los objetos que acumulamos y que a la larga llevan al caos. 

Ahora bien, aplicar el método de Marie Kondo a nuestra cocina nos va a hacer que nos planteemos no solo cuál es la mejor ubicación de decenas de utensilios, sino a valorar todos aquellos que no utilizamos habitualmente y que ocupan su espacio dentro de nuestras vidas.


¿Cómo empezar?

Muebles de cocinas en Sevilla

Vacíalo TODO…¡Al mismo tiempo! 

Colocar en el suelo todos los objetos que hay en los muebles de cocina, brinda una visión general de la acumulación innecesaria que hemos mantenido por años. La impresión de ver toda nuestra cocina en el suelo, produce un efecto abrumador y es el primer paso para comenzar el cambio necesario.

Selecciona con cabeza y no con corazón

Cuando empezamos a evaluar objetos, debemos pensar si realmente son útiles o ha sido producto de alguna compra caprichosa o aquel regalo del que nunca nos quisimos deshacer. Podemos pensar, por ejemplo, en aquella fondue de queso que nos regalaron, o en la clásica yogurtera que hace unos años no podía faltar en cualquier cocina.

La base de la selección es responder a una pregunta muy simple: ¿Te hace feliz? Si nunca se ha usado o tenemos mucho tiempo sin necesitarlo, la respuesta es simple: No es necesario y podemos prescindir de él.

A alguien más lo hará feliz

El lema de “la basura de un hombre es el tesoro de otro” aplica en este sentido a la perfección. Objetos que solo ocupan espacio en nuestros muebles de cocina, serán muy útiles para alguien más. Donar, regalar o incluso revender, es una alternativa eficaz. Si decidimos vender un objeto de nuestra cocina, hoy en día, existen infinidad de webs de ventas con las que podemos obtener un ingreso extra.

¡Fíjate cuánto espacio tenemos!

Una vez que hemos vaciado nuestros muebles de cocina y seleccionado aquellos objetos que nos hacen felices, nos damos cuenta de la cantidad de espacio vacío que tenemos. Debemos analizar cómo son nuestros movimientos en la cocina y posicionar los objetos de acuerdo a su uso. Los espacios más inaccesibles deben estar destinado a aquellos objetos menos utilizados y viceversa. 

Todo a la vista

Espacios abiertos son los idóneos para aquellos objetos de uso diario. Dentro de cada cajón o armario, es necesario separar cada categoría de objetos en cajas identificadas, de fácil visibilidad y acceso. 

Tu cocina como un todo global

La nevera y el refrigerador no se salvan de Marie Kondo. Debemos aplicar la misma metodología para la organización de nuestro frigorífico y despensa. Quedaremos sorprendidos de cuanta comida ha sobrepasado su fecha de caducidad o que habitan nuestro congelador desde tiempos inmemoriables. 

Nada a la vista

El espacio vacío es signo de armonía y energía. Después de la reorganización de nuestros muebles de cocina, tenemos espacio de sobra para despejar la encimera y disfrutar de todo ese espacio. 

Quizá pensemos que esta tarea es imposible de lograr. Indudablemente, será una ardua actividad. Sin embargo, el resultado obtenido será permanente, habremos cambiado nuestra visión y comenzaremos a disfrutar de nuestros espacios. 

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